Mozart, es sin duda alguna una de las cumbres musicales y artísticas más sublimes y hermosas de todas las épocas; una obra maestra que se ha interpretado desde 1791 multitud de veces y se seguirá haciéndolo en los escenarios mundiales, dadas sus únicas y peculiares características musicales y melodramáticas que la hacen tan atractiva para los especialistas como para el gran público: verla y escucharla es participar de un gran espectáculo. Aparte de su espléndida obertura, audaz y genial musicalización y orquestación en general, de sus incomparables arias, duetos, tríos, cuartetos y coros, varios de ellos celebérrimos, la obra se presta para la grandiosidad teatral, para la creatividad escenográfica, diseño del vestuario e iluminación, para el despliegue creativo e imaginativo de la puesta en escena, un gran desafío para la dirección musical y la artística, a fin de lograr el espectáculo total que significa una gran ópera como La flauta. Sus personajes no pueden ser más ingeniosos: dotados de una plasticidad y personalidad únicas, guiados por el ingenioso libreto de Enmanuel Schikaneder vemos desfilar a Papageno el simpático pajarero y a su amada Papagena, la mujer-pájaro, a la Reina de la Noche y a su hija Pamina a quien el príncipe Tamino busca rescatar para desposarla, al Gran sacerdote Sarastro, padre de Pamina, a las tres damas de la Reina de la Noche (como tres Gracias), a Monostatos y demás fantástico elenco, cada uno de ellos dotado de tesitura propia y arias inolvidables. Luego de verla y oírla en vivo, ningún espectador sensible volverá a ser el mismo: quedará impactado, marcado justamente por su magia. Desde que la escuché por vez primera en disco el año de 1968, dirigida por el gran Otto Klemperer, en casa de mi amigo el musicólogo y compositor regiomontano Ramiro Luis Guerra, no he dejado de oírla hasta hoy día con la misma intensidad y gozo de siempre, aunque con matices y variantes perceptivas nuevas. Incluyo texos de dos especialistas que espero sean de utilidad para el lector interesado. Al final se recomienda una breve discografía. (F.Z.)
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La flauta mágica (Die Zauberflöte)
Es la última ópera de Wolfgang Amadeus Mozart escenificada en vida del compositor. Fue estrenada el 30 de septiembre de 1791, apenas dos meses antes de su muerte.
Se trata de una ópera en dos actos (singspiel). El libreto es obra de Enmanuel Schikaneder, aunque se cree que pudo estar inspirado en la obra Lulu o la flauta mágica, pero también que pudo tener otras fuentes, como Rey de Egipto, de Philippe von Greber o Sethos, de Jean Terrason.
Está escrita en alemán. Numeración en el catálogo: KV 620.
Se desarrolla en un bosque imaginario, en cualquier época por ser atemporal.
Personajes :
• Sarastro – Gran sacerdote (bajo)
• Tamino – Príncipe (tenor)
• Pamina - Hija de la reina de la Noche (soprano)
• Reina de la Noche - Reina de las Fuerzas del Mal (soprano)
• Papageno – Pajarero u hombre-pájaro (barítono)
• Papagena – Mujer-pájaro (soprano)
• Monostatos – Servidor de Sarastro (tenor)
• Tres Damas - Damas de la Reina de la Noche (sopranos)
• Sacerdotes – Servidores de Sarastro (tenor y barítono)
• Muchachos - Genios benéficos (sopranos)
Argumento :
Acto I : En un paraje agreste y salvaje, el príncipe Tamino es perseguido por una serpiente monstruosa. Después de pedir auxilio, cae desvanecido. Tres Damas, al servicio de la Reina de la Noche, matan al peligroso reptil y salvan la vida del príncipe. Cuando Tamino vuelve en sí, ve llegar a un fantástico personaje recubierto de plumas: es Papageno, el pajarero.
Papageno informa al príncipe de que se encuentran en los dominios de la Reina de la Noche. Para fanfarronear, dice que él ha matado a la serpiente. Pronto reaparecen las Tres Damas, que, para castigar su mentira, cierran la boca de Papageno con un candado. Entregan a Tamino un retrato de Pamina, la hija de la Reina de la Noche, y le explican que la joven está en poder del malvado Sarastro. Al ver un rostro tan bello, el príncipe se siente atraído y jura liberara a la joven.
Entre el fragor de los truenos, hace su entrada la resplandeciente figura de la Reina de la Noche, la cual participa a Tamino el dolor que siente por la pérdida de su hija y le promete que, si la rescata, le concederá su mano.
Papageno gime, incapaz de hablar con la boca sellada. Las Tres Damas acaban por retirarle el candado a cambio de que prometa no volver a mentir más. Además tiene que acompañar a Tamino en el rescate de Pamina. El príncipe recibe una flauta mágica y Papageno un carillón encantado, para que los toquen siempre que estén en peligro. Ambos serán guiados hasta el palacio de Sarastro por Tres Genios que les mostrarán el camino. En el palacio de Sarastro, Pamina es custodiada por el moro Monostatos, que además la hace objeto de sus atenciones. Entra Papageno, y al verse mutuamente, moro y pajarero huyen despavoridos: los dos han creído ver en el otro al diablo. Poco después, Papageno vuelve, reconoce en Pamina a la hija de la Reina de la Noche y le anuncia que un guapo príncipe está en camino para liberarla. Ambos entonan un canto de amor, el sentimiento más noble de los humanos.
Los Tres Genios han conducido a Tamino delante de los tres templos: el de la Sabiduría, el de la Razón y el de la Naturaleza. Del primer templo sale el Orador, que revela al príncipe la verdadera personalidad de Sarastro y le explica que no concocerá la Verdad hasta ser admitido en el Santuario. Lleno de alegría al saber que Pamina vive, Tamino toca su flauta mágica y encanta a los animales salvajes.
Cuando Papageno y Pamina oyen la flauta del príncipe, intentan escapar y reunirse con él. Pero el moro Monostatos los sorprende y llama a los esclavos para que le ayuden a atraparlos. El pajarero toca el carillón mágico, y con su sonido embruja a sus perseguidores, haciéndoles cantar y bailar sin parar.
Las trompetas y el coro de oficiantes anuncia la llegada de Sarastro, que perdona el intento de fuga de Pamina. Entra Tamino, capturado por Monostatos: los dos personajes se reconocen y se abrazan felices, pero Sarastro no les permite irse juntos: Tamino y Papageno deben pasar por varias pruebas antes de que el príncipe sea digno de la joven.
Acto II: Sarastro reúne a los Sacerdotes para explicarles su deseo: Tamino tiene que ser iniciado antes de formar con Pamina una pareja sabia y pura. Todos piden la protección de los dioses para que este objetivo se cumpla.
Tamino y Papagena son introducidos en el templo, donde les imponen la primera prueba: no hablar con ninguna mujer. Papageno no está muy convencido de querer pasar los peligros de la iniciación, pero acepta cuando le prometen como recompensa el amor de una bella joven parecida a él: Papagena.
Aparecen las Tres Damas, que intentan desviar a los jóvenes de su propósito advirtiéndoles que les esperan grandes peligros, incluso la muerte. Papageno está a punto de dejarse convencer, pero Tamino permanece firme: pasará todas las pruebas necesarias para ser digno de Pamina.
Al anochecer, Pamina está durmiendo en el jardín del palacio. Monostatos, enamorado de la joven, se acerca a ella e intenta besarla. Aparece entonces la Reina de la Noche y le pide a su hija que mate a Sarastro.
Monostatos ofrece ayudar a Pamina a cambio de su amor, pero la joven ahúsa; el moro, lleno de despecho, está a punto de matarla cuando Sarastro entra y lo ahuyenta. A pesar de conocer el propósito de venganza de la Reina de la Noche, Sarastro promete a Pamina que no castigará a si madre.
Tamino y Papageno son conducidos a otra estancia, todavía bajo la prueba del silencio. El pajarero siente hambre y sed, así que conversa con una anciana que le trae agua y que, ante la incredulidad de Papageno, pretende ser su amada. Llegan los Tres Genios, que traen alimentos: Papageno se apresura a comer y beber; Tamino, en cambio, se pone a tocar la flauta mágica que atrae a Pamina; el príncipe, no obstante, fiel a su palabra, se mantiene en silencio y Pamina, incapaz de comprender la razón de su actitud, cree que ya no la ama. La joven se aleja entristecida.
Papageno es rechazado por los sacerdotes: ya no podrá ser iniciado; cosa que no le preocupa demasiado. El pajarero prefiere ser un hombre corriente, sólo desea verdaderamente una compañera parecida a él.
Aparece otra vez la anciana, que le ofrece conducirlo fuera del templo si promete casarse con ella. Como no tiene otra salida, Papageno acepta. La anciana se convierte en la joven y bella Papagena; pero un Sacerdote la obliga a alejarse ante la desesperación del pajarero. Mientras Tamino espera para pasar su última y más peligrosa prueba, Pamina, desesperada por la aparente indiferencia del joven, quiere poner fin a su vida; pero los Tres Genios se lo impiden y la llevan a donde está Tamino. Dos guardianes guardan las puertas de hierro del templo donde tendrá lugar la última prueba, que los dos jóvenes son autorizados a superar juntos. Con ayuda de la flauta mágica atraviesan un muro de fuego y otro de agua. Cuando aparecen sanos y salvos en el atrio, las voces de los sacerdotes desde el templo los proclaman vencedores.
Papageno busca a Papagena; al no encontrarla decide, desesperado, ahorcarse, pero interfieren los Tres Genios y le recuerdan que posee un carillón encantado. El pajarero lo toca y al instante aparece Papagena, con gran alegría de los dos.
Monostatos se alía con la Reina de la Noche para destruir a los iniciados; para ello intentan penetrar en el templo junto con las Damas. Pero entre un fragor de truenos desaparecen en la oscuridad eterna. Mientras, en el Templo del Sol, Tamino y Pamina son admitidos entre los iniciados. El Sol ha prevalecido sobre las tinieblas.
Características musicales:
La flauta mágica pertenece a la forma dramático-musical denominada singspiel, en la cual el empleo del idioma alemán y la incorporación de numerosos diálogos fueron caracteres sumamente peculiares que contribuyeron a su popularización dentro del ámbito germánico. En el singspiel se abolía el recitativo secco en bien de un lenguaje dialogado que confería a sus personajes mucha más movilidad y acción dramática. Se producía de este modo un desmarque, por así decirlo, de la ópera italiana, tan en auge hasta entonces, en favor de este otro género autóctono que resultaba mucho más comprensible y cercano a la sensibilidad del público germánico.
Hay que subrayar que si en la ópera italiana el finale suponía la única pieza con verdadera acción dramática en la conclusión de cada acto, en Mozart, además de cumplirse dicha característica, se introducen con peculiaridad bastantes números cantados con acción propia. Por otra parte, en el segundo acto la mayoría de arias contienen acción y dejan de ser meros discursos introspectivos y estilísticos. De cualquier modo, la totalidad de los números cumplen con un rasgo esencial que beneficia sin duda la evolución dramática, y no es otro que la no repetición de los textos (si exceptuamos algunos pasajes confiados a Papageno), Mozart prescinde del aria da capo ofreciendo de este modo una acción encadenada y viva. De ello se desprende que la música de Mozart está íntimamente ligada al desarrollo argumental; emplea largo fragmentos instrumentales con el fin de describir los distintos ambientes y los variados estados de anímicos por los que discurre la obra.
Para lograr los climas idóneos, Mozart usó una gran orquesta, en la cual confirió gran importancia a las maderas, ideales para dibujar pasajes misteriosos, y lo hizo con tanta fortuna, que la música, se diría, describe mejor que los propios decorados todo el mundo de lejanía y contrastes.
Actualmente La flauta mágica está presente de manera habitual en los repertorios de los teatros de ópera a nivel internacional. Su estatus como obra maestra de la ópera es incuestionable y ciertamente único dentro del más reducido ámbito del singspiel, donde no tiene comparación posible.
Por: José Enrique Peláez Malagón. Doctor en Historia del Arte (Universidad de Valencia).
ARGUMENTO DE LA OBRA:
El príncipe Tamino es perseguido por una serpiente gigante, se adentra en el bosque tratando de huir, pero ha entrado en el reino de la reina de la Noche sin saberlo. Allí llegará a un acuerdo con la reina tendente a conseguir la mano de su hija a cambio de que la libere del secuestro en la que la tiene sometida Sarastro. Tamino, acompañado del pajarero se dispondrá a salvar a su amada, sin embargo una vez llegado al reino de Sarastro, se da cuenta que la realidad es otra y decide quedarse allí al lado de su amada y lejos de la reina. Para quedarse y pertenecer al templo de los sabios, habrá de pasar una serie de pruebas que logrará superar. Finalmente los dos amantes se unirán para siempre mientras que su malvada madre será derrotada definitivamente.
ESCENAS DE LA OBRA:
Acto I:
Tamino
Cuadro I:
El príncipe Tamino llega a un bosque para refugiarse de la persecución de una serpiente monstruosa. Allí cae desvanecido y es salvado por tres damas. Estas mujeres se maravillan de su belleza y salen a dar la noticia a su señora, la reina de la noche. Mientras tanto, ha llegado al lugar Papageno, curioso personaje que se dedica a cazar pájaros para la reina. Éste le mentirá haciéndose pasar por su salvador. Las damas al volver castigarán la mentira cerrándole la boca con un candado.
Las damas mostrarán un retrato de la hija de la Reina de la Noche, Tamino, al verla, quedará enamorado. Cuando aparece la reina por medio de una entrada triunfal, conmovida por las palabras de amor del príncipe, se dirige a éste para contarle ha historia de su hija: Ha sido secuestrada por Sarastro y si él logra rescatarla obtendrá su mano.
Tamino acepta el ofrecimiento, a cambio las tres damas le darán una flauta mágica capaz de cambiar el estado de ánimo de las personas que la oyen y a Papageno un carillón mágico por querer acompañar al príncipe.
Pamina
Cuadro II:
Pamina está en una habitación acosada por Monóstatos, esclavo moro que se ha enamorado. En ese momento llega Papageno, al verlo el esclavo sale huyendo por temor de su aspecto. El pajarero cuenta a la chica que han venido a rescatarla. Tras llorar su soledad, ambos huyen.
Cuadro III:
Tamino se ha dirigido a un bosque sagrado guiado por los tres genios de los que le hablaron las tres damas. En él encontrará tres templos: El de la razón, el de la naturaleza y el de la sabiduría. Tras intentar entrar en ellos, saldrá del templo de la sabiduría el orador, quien le informará de que Sarastro gobierna en los tres. Tamino preocupado por Pamina tocará la flauta, este sonido atraerá a las fieras del bosque que acuden mansas y a Pamina y Papageno.
Monóstatos, que ha seguido ha seguido a la pareja decide capturarlos. Papageno tocará su carillón para poder escapar. Aparece en escena Sarastro, Pamina le dice que su huida se debe al acoso de Monóstatos, razón por la que éste será castigado por Sarastro. El mismo rey pide que Tamino y su acompañante sean preparados para ser iniciados en los misterios de la sabiduría.
Acto II:
Bosque de palmeras
Cuadro I:
En un bosque de palmeras se reúnen Tamino y el pajarero para ser iniciados por los sacerdotes en presencia del rey.
Cuadro II:
Una de las pruebas a las que ambos personajes son sometidos es la de guardar silencio.
En el templo, por la noche llegan las tres damas y les echan en cara estar allí como acólitos, pero no reciben ninguna respuesta.
Cuadro III:
En un jardín se encuentra Pamina. Aparece la reina de la noche que le informa que su amado se ha aliado con el enemigo. La muchacha se va dando cuenta del verdadero corazón de su madre que destila maldad y odio. Entrega un puñal a la muchacha exigiéndole que con él mate a Sarastro, so pena de ser rechazada para siempre por su madre. Pamina queda horrorizada. En ese momento aparece Monóstatos que ha oído toda la conversación e intenta hacerle chantaje. No obstante, el anterior diálogo también ha sido escuchado por el rey, quien manda detener al esclavo y pide a Pamina, paciencia y comprensión, tranquilizándola de este modo.
Cuadro IV:
Los tres genios
Tamino y Papageno siguen en el templo callados. Aparecen los tres genios, que les dan la flauta y el carillón y les piden que sigan en silencio.
Al tocar la flauta aparece Pamina, quien al no obtener ningún tipo de respuesta se cree despechada y se deja dominar por su dolor.
Cuadro V:
Los sacerdotes conducen a los iniciados al interior del templo en donde ambos deciden seguir adelante con su iniciación.
Cuadro VI:
Papageno está en el jardín. Aparece una anciana que le pide casarse con él. Éste por miedo a quedarse sólo acepta, en ese momento la anciana se transforma en una preciosa muchacha: Papagena. No obstante el sacerdote del templo se la quita porque primero habrá de merecerla.
Cuadro VII:
Pamina está al borde de la locura y a punto de suicidarse con el puñal que le dio su madre. Los tres genios intervienen y la convencen de que no lo haga y busque a su amado.
Cuando lo encuentra éste está preparándose para pasar las pruebas de fuego y agua que a de concluir. Pamina, enamorada locamente pide permiso para acompañarlo en la prueba. Ambos lo consiguen y son admitidos en el templo de la sabiduría.
Cuadro VIII:
Papageno está desesperado, ha perdido a su amada y teme quedarse solo. En ese momento, cuando está determinado a suicidarse, aparecen los tres genios y le aconsejan usar el carillón. Lo hace y aparece Papagena. Ambos se declaran su amor.
Cuadro IX:
La reina de la noche, a quien se le ha unido Monóstatos intentan dar el golpe definitivo contra los sacerdotes. Serán vencidas en el último momento y arrojadas a la noche eterna.
Cuadro Final:
Sorastro
Sorastro en plena luz del día proclama el reino de la luz y de la verdad en presencia de todos, que se felicitan por tal motivo.
Discografía recomendada por Operamania.com
DIE ZAUBERFLÖTE (La flauta mágica)
Wolfgang A. Mozart
Libreto de Emmanuel Schikaneder.
Estrenada en el Theater auf der Wieden de Viena el 30 de Septiembre de 1791.
Orquesta. Director. Tamino, Pamina, Papageno, Königin der Nacht, Sarastro, Monostatos, Papagena, Drei Damen
EMI, 1964
Philharmonia Chorus & Orchestra. Otto Klemperer
Nicolai Gedda, Gundula Janowitz, Walter Berry, Lucia Popp, Gottlob Frick, Gerhard Unger, Ruth-Margret Pütz, Elisabeth Schwarzkopf, Christa Ludwig, Marga Höffgen El gran director Otto Klemperer dirige este auténtico referente con solemnidad y tempo algo pausado. Excelente reparto, que brinda un interpretación de lujo. La Janowitz es una fascinante Pamina de radiante voz, junto a un memorable Gedda. Berry es un vital Papageno, Gottlob Frick es un muy sólido Sarastro y la Popp una sensacional Reina de la Noche de voz ligera. Para redondear el reparto las tres damas de lujo: Elisabeth Schwarzkopf, Christa Ludwig y Marga Höffgen. Lástima que no incluya diálogos. R
DECCA, 1969
Wiener Staatsopernchor / Wiener Philharmoniker. Sir Georg Solti
Stuart Burrows, Pilar Lorengar, Hermann Prey, Christine Deutekom, Martti Talvela, Gerhard Stolze, Renate Holm Vibrante y enérgica dirección de Solti. Burrows canta un buen Tamino y la Lorengar es una brillante Pamina. Talvela es un Sarastro sereno y con presencia. Extraordinaria Christine Deutekom, que con una voz radiante, lejos de una voz ligera, está antológica en sus dos arias.
D.G., 1964
RIAS-Kammerchor / Berliner Philharmoniker. Karl Böhm
Fritz Wunderlich, Evelyn Lear, Dietrich Fischer-Dieskau, Roberta Peters, Franz Crass, Friedrich Lenz, Lisa Otto
(Incluye Der Schauspieldirektor) Segunda grabación de la Flauta Mágica del gran Karl Böhm, cuya dirección alcanza un altísimo nivel. Excelente reparto en los papeles masculinos. Sublime el Tamino de Wunderlich. Extraordinaria interpretación de Fischer-Dieskau para su Papageno. Crass es un notable Sarastro. La Peters luce acrobacias y agudos como Reina de la Noche.
DECCA, 1990
Wiener Staatsopernchor / Wiener Philharmoniker. Sir Georg Solti
Uwe Heilmann, Ruth Ziesak, Michael Kraus, Sumi Jo, Kurt Moll, Heinz Zednik La magnífica dirección de Solti vuelve a protagonizar esta Flauta Mágica, con un reparto de muy buenos cantantes, aunque poco conocidos, con excepción de la espectacular Reina de la Noche de Sumi Jo, de fabulosa coloratura. Heilmann es un gran Tamino y Michael Kraus es un cómico Papageno. Ziesak hace una buena interpretación. El excelente bajo Kurt Moll es un sobresaliente Sarastro.
Nota: para ampliar las fotos haga clikc encima.
2 comentarios:
Excelente!
Me hubiera encantado escuchar la música mientras lo leía.
Abrazos
Thelma
Estimado Federico:
Felicidades por tu blog, realmente me ha gustado mucho, incluyendo las imágenes alternas a la Flauta. Una delicia. Saludos desde París.
Hernán Galindo
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