Por: Federico
Zertuche
Desde que tuve a la vista los primeros cuadros de Sargent
quedé muy impresionado por la notable maestría impregnada en cada una de sus
obras; más allá de la temática, del extraordinario
manejo del color y la luz, de la peculiar composición, la agudeza con que capta y
proyecta la personalidad de los retratados, de la atmósfera lograda, e incluso
del estilo –elementos dignos de particular atención y estudio-, sobresale una
poderosa fuerza que se plasma en cada uno de esos aspectos del cuadro y en el
conjunto, averigüemos, pues, de dónde proviene y en qué consiste tan singular
fortaleza estética.
Durante el cambio de siglo, John Singer Sargent
(1856-1925) es ya una figura ampliamente reconocida internacionalmente como el
retratista de gobernantes, de la alta burguesía y la aristocracia, así como de intelectuales y artistas europeos y
estadounidenses. Sus retratos revelan de tal forma la individualidad y la
personalidad de sus modelos, que sus admiradores creían que sólo era superado
por DiegoVelázquez.
La familia Sargent, de ilustre prosapia, tenía profundas
raíces en Nueva
Inglaterra desde la época más remota colonial. El abuelo de
John Singer, Winthrop Sargent IV, luego de fracasar en un negocio de marina
mercante en Gloucester, Massachusetts, se mudó con su familia a Filadelfia. En
esta ciudad, su hijo Fitzwilliam se formó como médico y en 1850 se casó con
Mary Newbold Singer, hija de un exitoso y rico comerciante local.
Duchess of Portland, 1902. |
A finales del verano de 1854, la pareja viajó a Europa en
busca de un clima saludable y como una distracción luego de la prematura muerte
de su primer hijo. Aunque los planes de viaje eran temporales, los Sargent
decidieron permanecer en Europa, convirtiéndose en una suerte de expatriados
que pasaban los inviernos en Florencia, Roma o Niza y los veranos en los Alpes
y otras regiones más frías, con residencia habitual en París. Así fue como su
hijo John nació en Florencia en enero de 1856.
Debido a la constante movilidad de los Sargent, John
recibió una educación poco formal o académica, antes que asistir a escuelas o
colegios, más bien fueron tutores –entre ellos su padre- quienes se ocuparon de
instruirlo en geografía, aritmética, lectura y otras disciplinas. Desde
temprano recibió clases de piano, convirtiéndose con el tiempo en consumado pianista.
Aprendió italiano, francés y alemán.
Su madre, una artista aficionada, proporcionó a John
cuadernos y material de
dibujo y le animó a dibujar durante sus excursiones y
viajes. Muy pronto John dio muestras de una gran capacidad para observar la
naturaleza, de ser muy cuidadoso y prolijo en sus dibujos y en la realización
de detallados bocetos de paisajes y escenas que registraba. A los trece años de
edad, su madre escribió de John que "dibuja muy bien y tiene un ojo
extraordinariamente rápido y correcto. Si pudiéramos permitirnos darle
lecciones realmente buenas, pronto sería un pequeño artista." A los
diecisiete fue descrito por su madre como "terco, curioso, resuelto y
fuerte", aunque tímido, generoso y modesto, por su padre. A los 18 años
tenía conocimiento de primera mano de muchos de los grandes maestros, "en
Venecia he aprendido a admirar inmensamente a Tintoretto y a considerarlo quizás solo por
detrás de Miguel Ángel y Tiziano."
Lord Ribblesdale, 1902. |
La primera educación formal en arte la obtuvo
durante el invierno de 1873/74
Retrato de Carolus-Duran, pintor/retratista maestro de Sargent. |
en la Accademia di Belle Arti de Florencia. En la primavera de 1874, Fitzwilliam Sargent decidió nutrir el talento de su hijo en París, que se había convertido en el más poderoso imán del mundo para los estudiantes de arte.
En mayo de 1874, Sargent
entró en el taller de enseñanza de un pintor con estilo juvenil, Carolus-Duran,
retratista líder en la Tercera República de Francia, que animaba a sus estudiantes
a pintar de manera inmediata (en lugar de hacer dibujos preliminares), a fin de
aprovechar los planos o superficies con la utilización de pigmentos viscosos, y
preservar la frescura del boceto en la obra terminada. También los exhortaba a
estudiar artistas que demostraron libertad pictórica: Frans Hals y Rembrandt,
Anthony van Dyck y Joshua Reynolds, y, por encima de todos los demás, al
maestro español Diego Velázquez. El joven Sargent se acercó a su maestro
estilísticamente y se convirtió en su protégé.
No hay casi ningún trabajo de Sargent, comenzando con sus exitosas
presentaciones a los Salones de París desde 1877, que no refleje la manera de
Carolus-Duran o de aquellos viejos maestros de la tradición pictórica.
En mayo de 1876,
acompañado de su madre y hermana Emily, Sargent hizo
su primer viaje a los
Estados Unidos, que incluiría visitas a la Exposición del Centenario en
Filadelfia y las Cataratas del Niágara. En el otoño de 1879, ya no asiste a las
clases con regularidad y se concentra en la construcción de su carrera. Inicia
un período de largos viajes para ver las obras de los viejos maestros y reunir
ideas para su pintura, visita España, Holanda y Venecia. Lugares pintorescos
incitaron a Sargent pintar escenas de género, que luego mostró junto a sus
retratos y le dieran reputación. Algunos de sus lienzos bañados por el sol de finales
de 1870 nos hablan de la influencia de Claude Monet, a quien Sargent conoce,
trata y se reúne en París en 1876 en la segunda exposición impresionista.
Mrs Huth Jackson (Clar Annabel Caroline Grant Duff). |
No obstante que entre 1977 y 1882, Sargent se esmerara en
pintar y hacer
retratos con sujeción a los cánones establecidos por los salones
parisinos, en los cuales obtuvo aceptación y elogios, su atención y carrera
profesional le fueron llevando cada vez más hacia el retrato como género que en
todo caso definiera su reputación. En ese entonces el retrato más conocido y
célebre es el titulado “Madame X”, obra cuyo comentario crítico lo dejo a
Carolina Edwards, de quien reproduzco el siguiente extracto:
Madame X, (Madame Pierre Gautreau). |
“Misterioso y sensual refinamiento.
Tal fue el revuelo que causó esta obra en el Salón de París de 1884 y en
la sociedad francesa debido a la provocativa postura de la mujer retratada, que
Sargent decidió dejar el nombre de la modelo en el anonimato titulando la
pintura simplemente "Madame X".
Ella era en realidad Virginia Avegno (1859-1915), mitad francesa, mitad
Scuola di San Rocco, Venezia, 1903, watercolors. |
italiana, nacida en Louisiana y casada con un banquero francés llamado Pierre Gautreau. El escándalo causado por el cuadro terminó destruyendo la reputación de Mme. Gautreau y provocó que el pintor se trasladara definitivamente a Londres, donde vivió hasta su muerte.
Dejando de lado por un momento la mentalidad de la época, miremos objetiva y detalladamente el cuadro para descubrir qué nos enseña.
Vemos a una bella y probablemente culta mujer, elegantemente vestida de negro, luciendo un generoso escote en forma de corazón que resalta la blancura y casi transparencia de su piel.
Seductora, sensual y enigmática, no nos mira de frente, en una postura
Carrara workmen, 1911, acuarela. |
Vestida de fiesta, se afirma incómodamente con su mano derecha en una pequeña mesa, mientras con la otra sugestivamente recoge su traje. Sin duda, un retrato cuyo misterio esconde tanto como nos enseña.
Hoy es considerado como uno de los mejores trabajos de Sargent, además de haber sido uno de los favoritos del artista." (Aprendiendo a mirar, Carolina Edwards, diario El Mercurio, Chile 12/mayo/2010).
No obstante la novedad y la calidad del retrato de Madame X, fue un éxito de
Robert Louis Stevenson y su esposa, 1885. |
En la primavera de 1886,
se trasladó a Inglaterra para el resto de su vida. Temerosos de que Sargent
podría sacrificar la caracterización de un espectáculo de " estilo francés
", que se asociaban a “Madame X” y que por fuerza no gustaba a los potenciales
clientes ingleses, éstos en principio se mostraron un poco reacios con sus
encargos. Con el tiempo y la enorme energía creativa, Sargent pasó varios
veranos en proyectos impresionistas. Estos se alimentaron de su contacto con
Monet, a quien visitó varias veces en Giverny, a partir de principios del
verano de 1885, y por la oportunidad de trabajar al aire libre durante los
veranos de 1885 y 1886 en la aldea de Cotswolds de Broadway, Worcestershire.
El más ambicioso lienzo de Sargent entonces fue el deslumbrante cuadro
titulado Carnation, Lily, Lily, Rose (Tate Gallery –Britain-, London). La pintura fue exhibida en la Royal Academy en 1887, lo que hizo que aminorarán las dudas y reservas de los críticos ingleses hacia Sargent; cuando poco después el cuadro fue adquirido por la nación Británica, se abrieron benéficos augurios para su carrera en Londres. (Ver imagen a la derecha).
El más ambicioso lienzo de Sargent entonces fue el deslumbrante cuadro
titulado Carnation, Lily, Lily, Rose (Tate Gallery –Britain-, London). La pintura fue exhibida en la Royal Academy en 1887, lo que hizo que aminorarán las dudas y reservas de los críticos ingleses hacia Sargent; cuando poco después el cuadro fue adquirido por la nación Británica, se abrieron benéficos augurios para su carrera en Londres. (Ver imagen a la derecha).
Aunque los clientes ingleses todavía dudaron en posar
para Sargent durante la década de 1880, los estadounidenses estuvieron
dispuestos a hacerlo que durante sus visitas a los Estados Unidos entre 1887 y
1889. Tranquilizados por la calidad sobresaliente de los retratos de Sargent, los
patronos británicos finalmente respondieron con numerosos encargos durante la
década de 1890. Al respecto, transcribo en seguida un extracto de una nota
preparada por Paloma Alarcó para el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid:
“John Singer Sargent ha
pasado a la posteridad como uno de los más
acreditados retratistas de mujeres. Durante la
mayor parte de su carrera, desde sus comienzos en París y después de su
traslado permanente a Londres en 1886, inmortalizó a innumerables modelos de la
alta burguesía con distinguidos atuendos y elegantes actitudes, en ambientes
refinados y cultos. En la primera década del siglo XX, cuando Sargent había
alcanzado el cenit de su fama como pintor y retratista, empezó a recibir
numerosos encargos por parte de la aristocracia. Este cambio de clientela trajo
consigo una sustancial alteración del tratamiento de la figura en sus
composiciones y, como recientemente apuntaba Javier Barón, el carácter natural
y espontáneo de los retratos de las familias de la alta burguesía fue
sustituido por unas «composiciones mucho más estáticas y formales, en las que
utilizó recursos del retrato de gran estilo, cuyas referencias más claras están
en la tradición inglesa». Sargent se convierte así en heredero de la tradición
retratista que va de Van Dyck a Thomas Lawrence, aunque, como han dejado claro
de forma convincente Richard Ormond y Elaine Kilmurray, «no le preocupaba tanto
imitar a los maestros antiguos como permitir que en sus obras respiraran la
misma fuerza y atmósfera».”
John D. Rockefeller Sr. |
A la vuelta del siglo, Sargent se había cansado de las
exigencias que
implicaba la pintura de retratos, al grado de decir que cada vez
que pintaba un retrato perdía un amigo. Sus energías las fue dirigiendo a las
pinturas murales para la Biblioteca Pública de Boston, el Museo de Bellas Artes
de Boston, y el Harry Elkins Widener Memorial Library de la Universidad de
Harvard, por los que había recibido una serie de comisiones a partir de 1890.
También estudios de viajes y bocetos en acuarela llegaron a ocupar más de su
tiempo lo que se convirtió en una nueva fuente de apoyo crítico y financiero. A
partir de 1903, exhibió sus acuarelas recibiendo la aclamación de Londres y
Nueva York, y estimulando por una gran demanda de las mismas. Sargent diseñó y
planificó su carrera tan astutamente que en 1907, cuando ya no quiso aceptar
más encargos de retratos, se había ganado una sólida reputación como
acuarelista.
Miss Ellen Terry as Lady Macbeth, 1889. |
Por tratarse de uno de los retratos más sobresalientes de
Sargent, que lleva el título “Millicent, duquesa de
Sutherland”, de 1904, Óleo sobre lienzo. 254 x 146 cm Museo Thyssen-Bornemisza,
Madrid, quiero reproducir el siguiente texto alusivo de Paloma Alarcó para
dicho museo:
“Millicent St. Clair Erskine (1867-1955) era la hija mayor del cuarto conde de
Millicent, duquesa de Sutherland, 1904. |
El pintor trata con gran sensibilidad y delicadeza el carácter de lady Millicent,
Millicent, duquesa de Sutherland, (Detalle). |
Sargent fue
un pintor sumamente exigente consigo mismo, muy profesional,
President Woodrow Willson. |
John Singer Sargent ha sido
revalorado a partir de la década de los sesenta del siglo pasado junto al arte
“Victoriano” en su conjunto. Hoy día es considerado como un gran maestro de la pintura
y sus obras atesoradas por los principales museos y coleccionistas.
Autorretrato 1907. |
Palmettos Florida, 1917, Watercolors. |
Joseph Pulitzer |
Shipping Majorca, 1908. Watercolors. |
Henry James, 1913. |
Bedouin. Watercolor. |
Bedouin Camp. Watercolors. |
1 comentario:
Gracias Federico, siempre sumamente interesante. Mis mejores deseos,
Hernán Galindo
Publicar un comentario