jueves, 3 de septiembre de 2015

Los Caprichos de Goya

Los Caprichos de Goya
Por: Federico Zertuche 


                                        
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) es considerado uno de los más grandes pintores de todos los tiempos, su obra abarca la pintura de caballete y mural, tapices, grabados y dibujo. En estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. Debido al peculiar e innovador empleo de sus técnicas y temática, se le considera iniciador de la pintura contemporánea y precursor de las vanguardias plásticas del siglo XX.

Sus lienzos más famosos y espectaculares son los realizados
Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808.
Óleo sobre tela, Museo del Prado, Madrid. 
al óleo: retratos reales (La familia de Carlos IV) o señoriales (los duques de Alba), cuadros decorativos para palacios, con temas religiosos, épicos y míticos, paisajes y escenas costumbristas (La gallina ciega, Los zancos), sus famosas Maja desnuda y Maja vestida, las obras comprendidas en las llamadas Pinturas negras (fantasías, brujería, locura y crueldad), las dedicadas a la guerra de independencia contra la invasión e imposición francesa, en particular sus célebres lienzos El dos de mayo de 1808 y El tres de mayo de 1808, por citar algunos de los más conocidos y célebres.

Genio, como sin duda lo fue en la pintura, Goya era un hombre ilustrado, atento de los acontecimientos que le tocó vivir en su patria y allende sus fronteras, se relacionó con los más distinguidos intelectuales, escritores y artistas de su entorno, los “ilustrados” del llamado siglo de las Luces (XVIII), al tiempo que dos acontecimientos le marcaron profundamente, uno de carácter personal: una grave enfermedad que lo postra largo tiempo, deja sordo y con achaques, a partir de la cual cambia su talante y temática pictórica, así como la guerra contra la Francia de Napoleón que invadió militarmente e impuso a su hermano en el trono de España.

Junto a la obra arriba indicada, destacan por su originalidad,
De la serie La Tauromaquia.
destreza, innovación, enorme imaginación creadora crítica y satírica sus grabados, en particular las series tituladas Los Caprichos, Los Desastres de la Guerra, Los Disparates y La Tauromaquia.


La serie de Los Caprichos comprende 80 grabados en los que empleó una técnica mixta de aguafuerte, aguatinta y retoques de punta seca, para representar un largo elenco de personajes en situaciones peculiares y característicos a fin de satirizar a la sociedad española de su época (finales del siglo XVIII), sobre todo a la nobleza y al clero.

En esa tesitura y temple intelectual, Goya  era consciente y crítico de los defectos de su sociedad, sobre los que reflexiona y refleja en Los Caprichos. Contrario al fanatismo religioso, a las supersticiones, a la Inquisición, a algunas órdenes religiosas, aspiraba a leyes más justas y a un nuevo sistema educativo. Todo ello lo criticó humorísticamente y sin piedad en esas láminas.

De esa serie de 80, en la primera mitad presentó los grabados más realistas y satíricos criticando desde la razón el comportamiento de sus congéneres. En la segunda parte abandonó la racionalidad y representó grabados fantásticos donde mediante la utilización del absurdo mostró visiones delirantes de seres extraños y deformes.

Con Los Caprichos produce una magisterial obra, comparada por su aguda crítica y enseñanza como la hecha por Cervantes en su universal "Don Quijote de la Mancha", en un momento de su vida en que aún no había llegado a la cúspide de su fama. Estas estampas lo llevan a consagrarse como el gran maestro del grabado con significado social, pues en cada rostro, en cada escena, hay un mensaje de crítica, de censura o de emoción humana que solamente un genio podría expresar.

Goya desarrolla una temática de gran originalidad en la que
la crítica social se expresa en escenas de galanteo, asnerías y brujerías. Llamó a sus estampas "asuntos caprichosos que se prestaban a presentar las cosas en ridículo, fustigar prejuicios, imposturas e hipocresías consagradas por el tiempo". Las primeras 36 se refieren al amor y la prostitución, junto a temas variados como la mala educación de los hijos, el matrimonio por conveniencia, la crueldad materna, la avaricia, la glotonería de los frailes, el contrabando, etc. Del 37 al 42 inclusive son caprichos sobre asnos. A partir del 43 abundan brujas, duendes, frailes y diablos.

Los Caprichos fueron el símbolo de "lo goyesco" y transmitieron una nueva manera de afrontar la realidad, presentándola más próxima y expresiva, con un lenguaje más fresco, del que se harían eco los artistas del siglo XIX.

Los Caprichos han influenciado a varias generaciones de artistas de movimientos tan dispares como el Romanticismo francés, el Impresionismo, el Expresionismo alemán o el Surrealismo. Malraux consideraba a Goya uno de los precursores del arte moderno, mencionando las innovaciones y rupturas de Los Caprichos.

Nota: En seguida se insertan algunas reproducciones de Los Caprichos con explicaciones de cada una de ellas por instituciones y críticos especializados.

Capricho 1: Edith Helman, en su ya clásico libro Trasmundo de Goya, señala que en este grabado Goya se autorretrató con el ojo avizor bajo los párpados caídos y boca firme de expresión áspera y displicente. Reflejaba el autor de las estampas con actitud de espectador desconfiado y censor, de aguda inteligencia e indomable voluntad, tal como se veía o como quería que le vieran. Dice que es la representación del personaje importante que era, pintor del Rey y de las personas más ilustres. Sin embargo Helman lo compara con otros autorretratos donde muestra otros perfiles de su personalidad. En concreto lo compara con el dibujo preparatorio del Capricho 43, El sueño de la razón produce monstruos, que en principio Goya tenía previsto que fuera la portada de estos grabados. Allí se retrató el pintor en otro estado de ánimo, abstraído, medio dormido y rodeado de sus obsesiones.





Capricho 5: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Muchas veces se ha dispuesto si los hombres son peores que las mujeres, ó lo contrario. Los vicios de unos y otros vienen de la mala educación. Donde quiera que los hombres sean perversos, las mujeres lo serán también. Tan buena cabeza tiene la señorita que se representa en la estampa como el pisaverde que la está dando conversación: y en cuanto a las viejas, tan infame es la una como la otra. Manuscrito de Ayala: Maria Luisa y Godoy.[] Manuscrito de la Biblioteca Nacional: La Reina y Godoy cuando era Guardia, y los burlaban las lavanderas. Representa una cita que han proporcionado dos alcahuetas, y de que se están riendo, haciendo que rezan el rosario.



Capricho 6: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: El mundo es una máscara, el rostro, el traje y la voz todo es fingido; todos quieren aparentar lo que no son, todos se engañan y nadie se conoce. Manuscrito de Ayala: El mundo es una máscara; el rostro, el traje y la voz todo es fingido. Un General afeminado obsequia a madama delante de otros cornudos. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Un General afeminado o disfrazado de Muger en una fiesta, se lo está pidiendo a una buena moza; él se deja conocer por los bordados de la manga; los maridos están detrás, y en vez de sombreros, se figuran con tremendos cuernos como un unicornio. Al que se tapa bien, le sale derecho; al que no, torcido. A finales del siglo XVIII existía en Madrid una fiebre por los bailes de máscaras. Los nobles de las grandes casas celebraban con ellos sus conmemoraciones. Goya pudo contemplarlos, por ejemplo, en la Casa de Alba, donde se celebraban con gran suntuosidad. Las caretas las hacían los escultores más afamados, como las 32 que diseñó Pedro Michel para una fiesta de este palacio.



Capricho 12: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Los dientes de ahorcados son eficacísimos para los hechizos; sin este ingrediente no se hace cosa de provecho. Lástima es que el vulgo crea tales desatinos. Manuscrito de Ayala: Los dientes del ahorcado son eficacísimos para hechizos. ¡De qué es capaz una mujer enamorada! Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Por salirse con la suya, sobre todo si está enamorada, es capaz de arrancar los dientes a un ahorcado. En este grabado se representa una superstición que prevalecía todavía entre el pueblo: una joven está arrancando un diente al cadáver de un ahorcado, el cual piensa emplear para realizar hechizos. En esa dirección van los comentarios de los manuscritos del Prado y de Ayala. Se inspira en el Acto VII de la Tragicomedia de Calixto y Melibea, en la que la Celestina dice de la madre del personaje Pármeno: «Siete dientes quitó a un ahorcado con unas tenacitas de pelar cejas, mientras yo le descalcé los zapatos». Esta escena fue citada y anotada por Moratín en la edición anotada del Auto de fe sobre brujería que la Inquisición celebrado en Logroño en 1610 y del cual parece que se sirvió Goya para dibujos y grabados.



Capricho 24: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: A esta Santa Señora la persiguen de muerte! después de escribirla la vida la sacan en triunfo. Todo se lo merece, y si lo hacen por afrentarla, es tiempo perdido. Nadie puede avergonzar a quien no tiene vergüenza. Manuscrito de Ayala: Encorazada: era pobre y fea. ¿Cómo había de haber remedio?



Capricho 30: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: La respuesta es fácil. Porque no los quiere gastar, y si no los gasta, porque tiene los 80 cumplidos y no puede vivir un mes todavía teme que le ha de sobrar la vida y faltarle el dinero. Tan equivocados son los cálculos de la avaricia. Manuscrito de Ayala: Obispo avaro. En vano esconde en sus talegas rodeándose de sobrinos y otros sacristanes. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Un clérigo avaro y muy respetable, esconde sus talegas; pero ya se las buscan sus sobrinos y otros sacristanes.


Capricho 33: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: En todas las ciencias hay charlatanes, que sin haber estudiado palabra lo saben todo y para todo hallan remedio. No hay que fiarse de lo que anuncian. El verdadero sabio desconfía siempre del acierto: promete poco y cumple mucho; pero el Conde Palatino, no cumplen nada de lo que promete. Manuscrito de Ayala: Los charlatanes y sacamuelas venden bien sus drogas fingiéndose Condes y Marqueses. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Todos los charlatanes y sacamuelas quieren pasar por Condes y Marqueses extranjeros arruinados para vender bien sus drogas.



Capricho 43: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: La fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas. Manuscrito de Ayala: La fantasía abandonada de la razón produce monstruos, y unida con ella es madre de las artes. []Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Portada para esta obra: cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelve visiones.



Capricho 55: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Hace muy bien en ponerse guapa: son sus días; cumple 75 años y vendrán las amigas a verla. Manuscrito de Ayala: La Duquesa vieja de Osuna. (y lo mismo que el Ms.P.) Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Las mujeres locas lo serán hasta la muerte. Esta es cierta Duquesa ( la de Osuna) que se llena la cabeza de moños y carambas, y por mal que le caigan no faltan quitones de los que vienen a atrapar las criadas, que aseguran a Su Excelencia que está divina.



Capricho 61: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: El grupo de brujas que sirve de peana a la petimetra, más que necesidad, es adorno. Hay cabezas tan llenas de gas inflamable, que no necesitan para volar ni globo, ni brujas. Manuscrito de Ayala: La Duquesa de Alba. Tres toreros la levantan de cascos. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Tres toreros levantan de cascos a la Duquesa de Alba, que pierde al fin la chaveta por su veleidad.



Capricho 69: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Gran pesca de chiquillos hubo, sin duda, la noche anterior; el banquete que se prepara será suntuoso; buen provecho. Manuscrito de Ayala: Los niños son objeto de mil obscenidades para los viejos y relajados. []Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Los hombres estragados hacen mil diabluras con los niños.



Capricho 77: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Así va el mundo, unos a otros se burlan y torean: el que hacía de toro, hoy hace de caballero en plaza. La fortuna dirige la fiesta y distribuye los papeles, según la inconstancia de sus caprichos. Manuscrito de Ayala: Aún siendo los hombres unos carcamales, se torean los unos a los otros. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Todavía se torean unos a otros los viejos carcamales. (Voltaire y Piron.).




Capricho 79: Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: ¿Y qué importa que los curas bajen a la bodega y echen cuatro tragos, si han trabajado toda la noche, y queda la espetera como una ascua de oro? Manuscrito de Ayala: Los abates y frailes echan gaudeamus a solas y luego nos aparentan arregladas costumbres. Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Los curas y frailes echan valientes tragos cuando nadie los ve; pero el mundo bien lo sabe. El vaso del abate es de buena marca para indicar el desorden que hay en el clero.


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